Escalofrío

Los aplazamientos desaparecieron de la práctica del ajedrez, en cuanto los ordenadores fueron capaces de analizar correctamente casi todas las posiciones. Pensando en eso, el otro día, me asaltó una pregunta, como un escalofrío ¿No será la posición inicial del ajedrez solo otra posición aplazada? La mayor de todas. ¿No terminaremos por jugar día tras día la misma posición aplazada en una especie de ritual, compitiendo para ver quién es el mejor estudioso y no el mejor jugador? Imagino decenas de tableros alineados en la sede de un torneo. Cada jugador ha preparado la partida en casa hasta la madrugada con la ayuda de un supercomputador que recorre todos los posibles principios del juego tras su reincio. Los oponentes se sientan ante el tablero para hacer el examen de cada ronda: decidir quién hace el mejor «playback», quién actúa mejor, como en uno de esos combates simulados de la tele, quizá pensando con seria nostalgia en una partida de verdad… ¿No seguirá así el juego el mismo destino de los aplazamientos? Si Caissa ha sido burlada por las máquinas, el juego dejará de ser divertido. Y cuando un juego deja de ser divertido, ya no es un juego y desaparece.

El ajedrez neoclásico: un futuro brillante para el juego.  Download archive PDF

Gabriel Fernández de Bobadilla

 

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