Apostando 50 años después de David Levy
David Levy, un maestro internacional escocés, apostó 4000 dólares en 1968 a que ninguna máquina sería capaz de ganarle en los diez años siguientes. En 1978 se publicó un editorial en la revista de medicina JAMA. El editorialista, Dr. William Crosby, afirmaba que los 4000 dólares de Levy estaban a salvo a pesar de avances en la fuerza de juego de los computadores, ya que, según afirmaba: «el ajedrez requiere imaginación y desviarse de la teoría básica para ganar». Hoy hay literalmente decenas de programas de ajedrez que tendrían fuerza suficiente para ganar al viejo Levy. La velocidad de los procesadores crece tan deprisa, que nadie se atrevería a apostar a diez años vista.
El «ajedrez Neoclásico», no puede, por supuesto, vencer a las máquinas, pero sí mitigar la ventaja competitiva que supone para el juego entre humanos, el uso del ordenador en la preparación memorística de variantes de apertura. El ajedrez Neoclásico invita a los aficionados y profesionales a que dediquen su tiempo de preparación a tareas mucho más gratificantes y productivas a medio plazo, como el estudio del medio juego y el final y a comprender de verdad las aperturas.
Esto es cierto ahora y lo seguirá siendo dentro de diez años, porque el número de posiciones posibles de inicio de la partida es tan grande, que ningún humano (con o sin ayuda de las máquinas) podrá prepararlas todas para jugar con un contrincante específico. Quizá no parezca así, pero el tamaño de los números que generan las funciones exponenciales es tan grande que sorprende a la intuición. Y si no que se lo digan al Sultán indio que, según la leyenda, encargó a un Sabio inventar el ajedrez. Ya sabéis: un grano de trigo por la primera casilla del tablero, dos por la segunda, cuatro por la tercera…
Referencia: Algorithms, Medicine, Chess, and War JAMA. 1978;239(18):1847. doi:10.1001/jama.1978.03280450019009.